El síndrome premenstrual (PMS, premenstrual síndrome) y el trastorno disfórico premenstrual (PMDD, premenstrual dysphopric disorder) se manifiestan en un espectro de síntomas físicos y psicológicos que ocurren de forma cíclica en la fase lútea del ciclo menstrual y se resuelven durante la menstruación o dentro de la semana siguiente después de la misma.1 Los síntomas de los dos trastornos incluyen una labilidad afectiva marcada (cambios en el estado de ánimo), meteorismo, letargo, irritabilidad, ansiedad y sentimientos de estar fuera de control, cambios en el apetito, trastornos del sueño y disminución del interés en las actividades usuales.2 Hasta 90% de las mujeres en edad reproductiva tiene por lo menos un síntoma físico o afectivo.1,2 El PMS afecta a cerca de 20 a 30% de las mujeres, con alrededor de 2 a 5% que refiere síntomas suficientemente intensos que cumplen con los criterios diagnósticos de PMDD.3-5 Aunque en el pasado el tratamiento incluía modalidades múltiples, el tratamiento, basado en evidencia, para PMS y PMDD está limitado por la falta de investigación de alta calidad, reciente. En la figura 1 se proporciona una estrategia de tratamiento.
En este artículo se revisa la evidencia en cuanto a preguntas frecuentes acerca del PMS y el PMDD. Los autores reconocen la necesidad de ser incluyentes de todos los géneros; el término mujeres en este artículo incluye a mujeres cisgénero.
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¿CÓMO SE DIAGNOSTICAN EL PMS Y EL PMDD?
Para que se diagnostique PMS, la mujer debe referir por lo menos un síntoma afectivo o somático durante los cinco días previos a la menstruación, en por lo menos dos ciclos menstruales previos.1,2 En el Diagnostic